Congregación

Nuestra Espiritualidad

La Congregación reconoce como su especial patrona a la Inmaculada Virgen a la que amamos como madre, procuramos imitar en su amorosa cooperación a la obra salvadora de su Hijo y bajo cuya protección realizamos nuestro servicio apostólico en la Iglesia.

Servicio a la Iglesia

Conscientes de que somos Iglesia, en la Iglesia y a su servicio nos consagramos y, de que en cooperación con la obra evangelizadora en la Iglesia realizamos nuestro apostolado, viviremos y manifestaremos nuestra unión con toda la Iglesia y acogeremos fielmente sus enseñanzas y las orientaciones de quienes tienen el carisma de guiar y enseñar en nombre de Cristo.

Comunidad Fraterna

Para que nuestras comunidades sean de verdad fraternidades evangélicas hemos de intensificar nuestra unión personal con Cristo en el que realmente todos somos Hermanos. Y como la comunidad religiosa nunca está definitivamente realizada, hemos de procurar con gran interés nutrir nuestra vida con la Palabra de Dios, la celebración litúrgica, especialmente de la Eucaristía, y perseverando en la Oración  y un mismo espíritu,

(Cfr. Hechos, 2,32 y P.C. Nº 15).

Nuestro Apostolado

Existen en la Iglesia muchos institutos consagrados a las obras de apostolado según la diversidad de dones siendo uno mismo el Espíritu, (P.C. Nº 8). Dentro de esa pluralidad de vocaciones, nuestra Congregación tiene como finalidad apostólica la de acoger a niños y jóvenes pobres carentes de ambiente familiar normal y el de cooperar con ellos a su plena formación personal humano-cristiana. Nuestro compromiso apostólico, pues, con esos niños y jóvenes forma parte esencial de nuestra vocación y, por lo tanto, de nuestra consagración religiosa. Desarrollamos nuestro servicio a la sociedad en la Ciudad de los Niños. Centros educativos, formativos y de acogida. Creamos un hogar, donde niños y jóvenes crecen en valores humanos. Descubren los valores cristianos, y se capacitan intelectual y profesionalmente, a través de una atención personal y técnica.